Reverencia que Transforma. Una llamada a la Santidad...

 

¿Has pensado cómo tus acciones diarias reflejan tu relación con Dios? La reverencia no es un concepto anticuado ni reservado para unos pocos. Es una actitud que transforma la vida y nos conecta con nuestro propósito eterno: glorificar a Dios. Ser reverentes en nuestra manera de vivir es más que un mandato; es una oportunidad para reflejar Su carácter en un mundo que anhela esperanza y verdad.

En Tito 2:3, Pablo instruye a las mujeres mayores a ser "reverentes en su porte". El término original en griego (hieroprepes) implica comportarse de una manera que refleje la santidad de Dios. Una mujer reverente es aquella que vive como quien pertenece al templo de Dios, apartada para Su gloria. Según Mujer Verdadera 201, esta reverencia no se trata solo de apariencia externa, sino de un corazón que honra a Dios en todas las áreas de su vida: pensamientos, palabras, decisiones y actitudes. Ser reverentes significa vivir conscientes de que somos portadoras de la presencia de Dios y embajadoras de Su carácter.

La reverencia afecta profundamente cada aspecto de nuestra vida. En lo personal, nos lleva a examinar nuestras prioridades y deseos a la luz de la Palabra de Dios. En la familia, modelamos respeto y amor que edifican a los que nos rodean. En la iglesia, somos ejemplos de humildad y devoción que inspiran a otras mujeres a seguir a Cristo. En la sociedad, nuestra reverencia es un testimonio vivo de que hay una forma de vivir que honra al Creador y refleja Su santidad.

Ilustración: Nuestra vida es como una carta abierta que otros leen a diario. Una mujer reverente escribe cada página con tinta de obediencia y gracia, dejando una impresión duradera del carácter de Dios. Cuando vivimos con reverencia, permitimos que otros vean Su gloria en nuestra vida, como un espejo que refleja Su luz en medio de la oscuridad.

Llamado a la acción: Esta semana, 
  • Reflexiona en cómo puedes vivir con mayor reverencia:
  • Dedica tiempo a orar y pedirle a Dios que revele áreas en las que necesitas crecer en santidad. 
  • Haz un esfuerzo intencional por elegir palabras y acciones que glorifiquen eu nombre de Jesús. 
  • Permite que tu vida sea una carta de amor de Dios para quienes te rodean.
(Inspirado en el Libro Mujer Verdadera 201 de Mary Kassian y Nancy DeMoss Wolgemuth).

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