Terminando en Victoria...


Texto bíblico: «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» (Romanos 8:18).

En el mundo existe un reconocido refrán que nos dice que “todo lo que empieza mal termina mal”. En muchos contextos de la vida este verso nos sería de gran utilidad. Pero al compararlo con la forma de actuar de nuestro Dios, notaremos una gran diferencia porque ¡sí! En la palabra no todo lo que empezó mal terminó mal.

El día de hoy queremos darte un mensaje de refrigerio, una esperanza para todos aquellos que están pasando un mal momento y no pueden ver el beneficio que esta crisis puede traer a su vida. En este momento miraremos como Dios puede revertir cualquier situación para llevarnos a un lugar donde nunca pensaríamos llegar después de determinada crisis.

I. Un mal inicio no determina un mal final en tu vida

A lo largo de la historia de la humanidad notaremos como muchos de los más grandes descubrimientos no fueron aceptados en el momento precioso cuando ocurrió. Existen muchos éxitos que fueron nombrados como tal mucho tiempo después de la muerte de sus creadores. Aun así, estos personajes lograron trascender.

Personalmente hablando, he pasado muchísimas crisis en mi vida que luego de algún tiempo se transformaron en mis mejores victorias. Estoy seguro que usted puede afirmar lo mismo. Si recuerda un poco, seguramente hallará ese momento casi perdido en donde Dios lo tomó y le otorgó la victoria.

II. Un mal inicio no determina la ausencia de parte de Dios en tu vida.

Si bien es cierto que la constancia es una palabra clave a la hora de obtener un reconocimiento, podemos equivocarnos al apuntar en donde depositar esa perseverancia. Es por ello que debemos ser constantes a la hora de creer en Dios y en su gran poder.

Leyendo la historia de grandes personajes de la palabra como José, como Moisés y Daniel, notaremos como sus vidas no empezaron precisamente bien. Sabes que sus caminos empezaron de la forma más accidentadas posible, y que al pasar los años todo cambió por obra de la mano de Dios. Sin embargo, del fracaso al éxito hay un tema intermedio llamado “proceso”.

III. Los procesos como preparación para la gloria y responsabilidades futuras

Muchos de nosotros anhelamos el día en que podamos salir de las crisis. El día en que no exista más la pandemia. Soñamos con ese momento donde seremos libres otra vez, para continuar con nuestros planes y metas. Pero si dejamos de soñar por un momento, vemos al cielo y nos preguntamos ¿Señor por qué me trajiste a este desierto?

José fue vendido por sus hermanos, fue esclavizado, fue culpado injustamente y posteriormente encarcelado. En todo ese tiempo sufrió mucho, pero siguió creyendo en Dios. Atravesó un proceso muy duro sin saber que el Señor lo estaba preparando para algo que solo se podría soñar, ser el segundo al mando del imperio más poderoso de todo el mundo.

Cada proceso que pasamos tiene una motivación. Básicamente el Señor quiere perfeccionarnos. Cada escalera que subamos nos hará un poco más fuertes y sabios. El cambio puede ser muy brusco, por eso debemos estar bien capacitados para tener la mentalidad necesaria para administrar de manera idónea la bendición preparada para nosotros.

No te estoy diciendo que Dios te procesará para acabar con la delincuencia o hambruna global. Quizás tu propósito sea algo más grande o algo no tan llamativo. Él te perfeccionará para cumplir su voluntad en ti, y eso es más que suficiente.

IV. Lidiando con el mal momento

No todos atravesamos los procesos de la mejor manera, muchos pierden la fe o la esperanza. Recordemos a Job y a Jonás. Dios cumplió el propósito, pero ellos renegaron en cierto aspecto su mal, juzgando incluso al Señor.

Este grave error no debe ser cometido por nosotros jamás. Cualquiera podría caer en estas circunstancias, pero debemos luchar por no hacerlo y por confiar en Cristo.

Muchos de los personajes de la biblia tuvieron finales trágicos por cumplir el propósito encomendado por Jesús. Pablo y Pedro murieron de una manera muy escalofriante por perseverar en Cristo. Ellos entendieron que no necesariamente la recompensa debe verse acá y en el cielo, en muchos casos solo aplicaran para la segunda opción, lo importante aquí es cumplir su voluntad.

Llegará el momento donde no sufriremos ni tendremos ningún tipo de necesidad. ¿El premio? La vida eterna al lado de nuestro creador.

V. Recompensa en la tierra

Es realmente frustrante ver como planificas tu vida por mucho tiempo y que nada salga bien, que todo sea difícil de obtener. Pero fácil de perder, el problema radica en el simple hecho de que catalogamos el “que nos vaya bien” con cosas materiales o terrenales. Olvidando las promesas que el Señor nos dejó y que se cumplen día tras día sin que apenas lo notemos.

El Señor nos prometió cuidar de nosotros, nos prometió consuelo, nos prometió ser nuestro proveedor. Él dijo que estaría con nosotros hasta el final de nuestros días. Para los que le buscan en espíritu y verdad podrán ser acreedores de los frutos del Espíritu Santo, los cuales son un tesoro por lo que algunos millonarios pagarían fortunas, paz, amor, templanza, gozo, dominio propio, ¿Quieres más?

Hay tres principios básicos que pueden ayudarte con tus planes y sueños. Lo que debes hacer es buscar primeramente el reino de Dios y su justicia para que las demás cosas sean añadidas.

Es algo bastante simple de entender, tu primer lugar siempre debe pertenecer a Cristo. Todo lo que vayas necesitando en el transitar de la vida, absolutamente todo será añadido en el momento justo (Mateo 6:33).

Ser fiel en lo poco para que seas puesto en lo mucho. Este es otro principio básico para alcanzar el éxito y la felicidad. Los procesos vendrán para perfeccionarte. A medida que demuestres fidelidad y entrega hasta en el más mínimo deber, Dios, ira entregándote mas responsabilidades conforme vayas siendo formado y capacitado para las mismas (Mateo 25:21).

Debemos hacer frente a las tentaciones; mientras sigamos vivos las tentaciones no dejarán de llegar. Pero un hombre lleno del Espíritu Santo es capaz de hacerles frente y derrotarlas. Por eso debemos mantener una vida plena en Cristo, para poder identificar los dardos del enemigo y así poder enfrentarlos de manera eficaz (Santiago 1:12).

Conclusiones:

El mundo gira sin detenerse, cada día que pasa es una nueva oportunidad para vencer. Las pruebas vendrán día tras día, pero nosotros estaremos confiados. La fuerza para obtener la victoria vienen de Dios. Él es una fuente inagotable de energía, es quien nos anima a vencer y a confiar, quien nos llena de paz y gozo, aunque la barca se estremezca.

Por más fuerte que parezca el proceso, debemos aprender a buscar el mensaje, el motivo, la razón por la cual estamos siendo procesados. El fin será un gran cambio, experiencia, la victoria y le bendición preparada por Dios para ti, su fiel seguidor.

Mantente unido a Él, aunque no lo veas, aunque no lo escuches, aunque no lo sientas; el Señor estará siempre a tu lado, buscando tu bien, siempre obra a tu favor.

(Ps. José R. Hernández).

Fuente: https://www.elevangeliodehoy.com/predicas-cristianas/6997-terminando-en-victoria/2

Si aún no has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador personal medita en esta Oración de Fe: "Señor Jesús, te necesito. Gracias por morir en la cruz para pagar por mis pecados. Te pido perdón por mis pecados y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por darme el regalo de vida eterna. Deseo cambiar y vivir una nueva vida contigo como mi Señor y Salvador, escribe mi nombre en el libro de la vida y prometo serte fiel y justo. Gracias Jesús. Amén."

Si hiciste esta oración con fe !Felicidades! has recibido a Jesucristo como tu único salvador, recuerda que si lo pediste de corazón Dios hará cambios en tu vida. Dios obra en nuestras vidas Gloria a Él!

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