La Envidia... enemiga de nuestra vida cristiana
TEXTO: PROVERBIOS 14:30 El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.
Tal como lo dice el versículo que hemos leído para comenzar la envidia es como una carcoma en los huesos, ya que la carcoma es un pequeño insecto que corroe por dentro la madera, sin que se note exteriormente y eso exactamente es lo que hace la envidia: Aunque por dentro nos corroe la envidia por fuera aparentamos que estamos bien, que estamos alegres por el éxito y progreso de los demás.
Pero definamos primeramente ¿QUE ES LA ENVIDIA? La envidia es el sentimiento de pesar ante el bien de otra persona, es decir, el desagrado o molestia que produce en alguien ver el bien ajeno.
¿Por qué la envidia es un enemigo para nuestra vida cristiana? Tenemos que comprender que el sentimiento de envidia va completamente en contra del mandato de nuestro Dios de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Gálatas 5:14) Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No podemos decir que amamos a nuestros prójimos si en lugar de alegrarnos por las bendiciones que ha recibido, nos enojamos, o nos sentimos tristes, pero lastimosamente una persona envidiosa hace lo contrario de lo que nos dice la palabra de Dios (Romanos 12:15) Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. pues cuando una persona tiene su corazón lleno de envidia no se puede gozar con los que se gozan, sino al contrario, lloran por lo que se gozan, se siente molesto y triste por las bendiciones ajenas.
VEAMOS AHORA POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS CUÁLES SON LAS RAZONES POR LAS CUALES DEBEMOS CUIDAR NUESTRO CORAZÓN DE LA ENVIDIA:
I) PRIMERA RAZÓN: LA ENVIDIA AFECTA LA RELACIONES CON NUESTRA PROPIA FAMILIA (GÉNESIS 30:1) Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero. (GÉNESIS 37:9-11) Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto
Podemos darnos cuenta que la envidia puede llegar a afectar la relación con nuestra propia familia, y eso es lo que el enemigo quiere, pues sus propósitos son hurtar, matar y destruir, y la envidia es el detonante de muchos pleitos y problemas en la familia.
La envidia puede afectar tanto nuestro corazón que podemos llegar a molestarnos por las bendiciones y el progreso de nuestra propia familia, de nuestros hermanos o hermanas, y eso no nos permite ser agradecidos con las bendiciones que el Señor nos ha dado a nosotros.
FRASE: La envidia es cuando solamente nos fijamos en las bendiciones de los demás y no agradecemos las bendiciones que nosotros tenemos.
II) SEGUNDA RAZÓN: LA ENVIDIA NOS PUEDE LLEVAR A DAÑAR A NUESTRO PRÓJIMO CON NUESTRAS PALABRAS Y ACTITUDES (PROVERBIOS 27:4) Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
La envidia que está en nuestro corazón se manifiesta en críticas, en burlas, y en siempre tratar de devaluar o menospreciar lo que otros tienen, como lo dice el texto que hemos leído: ¿Quién puede sostenerse delante de un envidioso?
Tenemos que comprender que la envidia no puede pasar desapercibida ni puede permanecer oculta en nuestro corazón, siempre saldrá a la luz y se manifestará en nuestros comentarios, en nuestras actitudes, y muchas veces en palabras hirientes tratando de sentirnos superiores a la persona que nos provoca envidia.
FRASE: No se puede ser feliz y envidioso al mismo tiempo.
III) TERCERA RAZÓN: LA ENVIDIA PUEDE LLEVARNOS A ESTORBAR LOS PLANES Y PROPÓSITOS DEL SEÑOR (MARCOS 15:9-10) Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10 Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
Nuestro Señor Jesucristo sufrió la envidia de los fariseos y de los principales sacerdotes del pueblo judío, pues veían que más y más personas lo seguían, (Juan 12:19) Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.
Y esa envidia los llevó a tal grado de entregarlo a muerte, para destruir su ministerio, pero ellos no sabían que haciendo esto en realidad estaban cumpliendo el propósito de salvación del Señor.
Pero tenemos que reconocer que muchas veces un corazón lleno de envidia puede llevarnos a tomar actitudes que pueden afectar o estorbar los propósitos del Señor, pues muchas veces por envidia desanimamos con nuestras palabras a los hermanos que están sirviendo a nuestro Dios con entrega y con excelencia (Eclesiastés 4:4) He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
¿QUÉ NECESITAMOS PARA VENCER ESTE ENEMIGO OCULTO EN NUESTRA VIDA? La clave para controlar la envidia en nuestra vida se llama AGRADECIMIENTO Y CONTENTAMIENTO.
Debemos aprender a dar gracias a Dios por lo que tenemos y por lo que no tenemos (1 Tesalonicenses 5:18) Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Debemos de tener contentamiento en nuestro corazón confiando que Dios tiene siempre cuidado de nosotros (Hebreos 13:5) Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
Un corazón contento no le da lugar a la envidia pues está agradecido y disfruta las bendiciones que Dios le ha dado (Proverbios 15:15) Todos los días del afligido son difíciles; Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.
(Ps. Oscar Flores).
Si aún no recibiste a Jesús como tu Señor y Salvador personal lee y medita esta Oración de fe: "Señor Jesús, te necesito. Gracias por morir en la cruz para pagar por mis pecados. Te pido perdón por mis pecados y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por darme el regalo de vida eterna. Deseo cambiar y vivir una nueva vida contigo como mi Señor y Salvador. Escribe mi nombre en el libro de la vida y prometo serte fiel y justo . Gracias Jesús. Amén."
Si hiciste esta oración con fe. Felicidades! has recibido a Jesucristo como tu único salvador, recuerda que si lo pediste de corazón Dios hará cambios en tu vida. Dios obra en nuestras vidas Gloria a Él.
Amén! Sobre toda cosa guardada, es nuestra Oración, que el Señor continúe guardando nuestro corazón!
ResponderBorrarDios te bendiga y te siga usando poderosamente!!