¿Por qué no te rindes?

TEXTO: JOB 9:1-4 Respondió Job, y dijo: 2 Ciertamente yo sé que es así; ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios? 3 Si quisiere contender con él, No le podrá responder a una cosa entre mil. 4 Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?

En toda batalla que estamos peleando en la vida, ya sea por enfermedades, por dificultades en la familia o en el matrimonio, o en nuestros empleos, siempre el consejo es el mismo: ¡NO TE RINDAS!

Eso significa seguir luchando, no volver atrás, no darse por vencido, no caer en desánimo, etc. Y verdaderamente esas palabras son una motivación para nuestra vida para no desmayar en los momentos más duros que nos toca enfrentar.

Pero hoy vamos a reflexionar en situaciones en las cuales la palabra indicada no es no te rindas sino al contrario, lo más indicado es preguntar: ¿POR QUÉ NO TE RINDES?.

Como lo vemos en el texto que hemos leído para comenzar, NO PODEMOS PELEAR CONTRA DIOS, es por eso hoy el Señor por medio de su palabra no hace un llamado a ya no seguir luchando en su contra, ya no seguir luchando en nuestra fuerza, sino rendirnos ante él y dejar que nuestro Dios tome el control.

ES POR ESO QUE HOY LA PREGUNTA PARA CADA UNO DE NOSOTROS ES:

I) ¿POR QUÉ NO TE RINDES A SU VOLUNTAD? (LUCAS 22:39.43) Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. 40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

El mejor ejemplo de rendir su voluntad, sus deseos y sus planes, a la voluntad del Padre Celestial es nuestro Señor Jesucristo.

Él sabía que su Padre Celestial tenía el poder de cambiar el rumbo de los acontecimientos para que su hijo no sufriera todo el dolor que iba a soportar, sabía que su Padre Celestial lo amaba, pero tambien sabia que todo el sufrimiento y dolor que iba a experimentar era parte de un PROPÓSITO que se tenía que cumplir por medio de él.

De la misma manera nosotros, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, tenemos que rendirnos a la voluntad del Padre Celestial, ya no seguir luchando en contra de su voluntad, pues mientras más nos resistamos a su voluntad más angustia, amargura, enojo, y frustración habrá en nuestro corazón.

Hoy es un buen dia para rendirnos a su voluntad, de tomar en nuestra boca las palabras de nuestro Señor Jesucristo y decir: NO SE HAGA MI VOLUNTAD, SINO LA TUYA.

Para rendir nuestra voluntad a la voluntad del Señor tenemos que comprender TRES VERDADES ESPIRITUALES MUY IMPORTANTES:

DIOS ES BUENO SIEMPRE y todo lo que hace tiene un propósito bueno para nuestra vida aunque no lo comprendamos (Romanos 8:28) Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

NO TENEMOS LA CAPACIDAD DE JUZGAR LAS ACCIONES DE DIOS, ningún hombre tiene la capacidad intelectual para comprender los planes perfectos de Dios, nosotros no podemos medir el alcance FUTURO de lo que Dios está haciendo o permitiendo en nuestra vida (Isaías 55:8-9) Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

DIOS ES SOBERANO, es dueño de todo, él tiene la última palabra, sabe lo que está haciendo, y sus planes son perfectos, no pide opinión ni permiso, él es Dios, y NOS AMA (Job 9:7-12) Él manda al sol, y no sale; Y sella las estrellas; 8 Él solo extendió los cielos, Y anda sobre las olas del mar; 9 Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, Y los lugares secretos del sur; 10 Él hace cosas grandes e incomprensibles, Y maravillosas, sin número. 11 He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Pasará, y no lo entenderé. 12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces?

II) ¿POR QUÉ NO TE RINDES A SU LLAMADO? (HECHOS 9:1-6) Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 3 Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 6 Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.

Podemos ver que ese hombre llamado Saulo de Tarso fue derribado a tierra por el Señor, cuando él cayó en tierra y escuchó la voz del Señor llamando por su nombre fue muy sabio, fue muy inteligente, pues aun estando tirado en la tierra, derribado, posiblemente golpeado, y lleno de temor dijo esas palabras que muchos cristianos no queremos decir: ¿QUE QUIERES QUE YO HAGA?.

Lastimosamente muchos cristianos hemos sido derribados a tierra por el Señor al igual que Saulo, no una sino varias veces, pero en lugar de preguntar ¿Señor qué quieres que yo haga? seguimos en el mismo camino equivocado, seguimos con un corazón lleno de rebeldía queriendo llevar a cabo nuestros planes y proyectos y dejando de lado el llamado del Señor.

Posiblemente te has alejado de los caminos de Dios, te fuiste enojado con alguien de tu iglesia, te fuiste molesto de los caminos del Señor, y no quieres volver, a pesar de que Dios de muchas formas te está llamando. PERO TU SABES QUE HAY UN FUEGO EN TU INTERIOR (Jeremías 20:8-9) Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Ese fuego es el Espíritu Santo de Dios, que te llama, que te hace recordar que tu eres un hijo de Dios y no puedes estar lejos de su camino.

Ya no luches más, ríndete hoy al llamado del Señor, vuelve hoy mismo a su camino, vuelve hoy a tu iglesia, vuelve a tu ministerio, no dejes que la soberbia te robe tu bendición.

III) ¿POR QUÉ NO TE RINDES A LA SALVACIÓN? (EFESIOS 2:1-3) Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Este versículo nos permite ver claramente como es la vida de una persona que no ha recibido a Jesús como su Señor y salvador personal: ESTÁ MUERTO EN DELITOS Y PECADOS, SIGUIENDO EL CAMINO DE SATANÁS, HACIENDO LA VOLUNTAD DE LA CARNE Y SIENDO HIJOS DE IRA.

Lastimosamente la forma como normalmente ofrecemos la salvación del Señor desde los púlpitos de las iglesias hace parecer que el pecador está en un pedestal, en una condición superior en la cual parecería que tiene toda la autoridad para rechazar y menospreciar la salvación del Señor.

El llamado es: Por favor reciba a Cristo, por favor no se vaya sin el Señor, dele una oportunidad al Señor… parecería que nuestro Señor Jesucristo está suplicando al pecador que le permita salvarlo, pero no es así, EN REALIDAD NOSOTROS LOS PECADORES TENEMOS QUE RENDIRNOS ANTE NUESTRO SALVADOR, recibir a Cristo es venir delante de Dios reconociendo nuestra condición de pecado, arrepentidos y necesitados de la salvación del Señor, es en realidad SER RECIBIDOS POR NUESTRO DIOS como sus hijos.

CONCLUSIÓN: Hoy es un buen dia para rendirnos DELANTE DE DIOS, ya no luchemos en contra de su voluntad, ya no sigamos huyendo de su llamado y no sigamos neciamente rechazando la salvación de Dios por medio de Jesucristo. HOY RINDAMOS NUESTRA VIDA, NUESTRO CORAZÓN Y NUESTRA VOLUNTAD ANTE NUESTRO DIOS.

(Ps. Oscar Flores).

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