Termina tu día con una Buena Palabra...

 

“Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén”. Mateo 6:13 (NBLA).

Como terminas tu día marca la diferencia en como duermes. Y la forma en que duermes marca la diferencia en cómo puedes funcionar al día siguiente. Para vivir con un propósito, debes terminar bien tu día.

Termina tu día con una bendición, una buena palabra. No hay mejor palabra que la Palabra de Dios. Lee algunas promesas de Dios. Anímate por la Verdad, como esta última línea del Padre Nuestro: “Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén” Mateo 6:13 (NBLA).

Cuando termines el día con este versículo, dormirás mucho mejor, porque contiene dos verdades increíblemente alentadoras:

Dios está en control.

Los políticos no tienen el control. Otras naciones no tienen el control. Tu jefe no tiene el control. Dios, en última instancia, tiene el control. La Biblia dice: “En las manos de Dios los planes del rey son como un río: toman el curso que Dios quiere darles” Proverbios 21:1 (TLA). Por eso el mundo cambia cuando el pueblo de Dios ora. Dios está esperando que hablemos con Él y le entreguemos las cargas que nos impiden descansar.

¡Dios y su familia ganan al final!

Este no es el final de la historia. Cuando lees el último capítulo de la Biblia, descubres que Dios gana. Si lo último que miras antes de irte a la cama son los noticieros o los presentadores de televisión nocturnos hablando sobre las últimas noticias, entonces te irás a la cama deprimido. Pero si te acuestas con la verdad de Dios dando vueltas en tu cabeza, entonces te acostarás en paz.

La sobreviviente del Holocausto, Corrie Ten Boom, dijo: “Si miras al mundo, estarás angustiado. Si miras dentro, estarás deprimido. Si miras a Dios estarás en reposo”.

¿Dónde buscas descansar? Antes de terminar el día, recuerda la verdad de Dios. Dile: “Dios, Tú tienes el control. Este no es el final de la historia y al final ganaremos. Buenas noches, Señor. Te veré en la mañana”.

Entonces, duerme en paz.

Reflexiona sobre esto:

¿Qué cambios notas —física, relacional, emocional y espiritualmente— cuando duermes bien por la noche?
¿Por qué debería darte paz la Palabra de Dios?
¿Qué paso puedes dar hoy para comenzar el hábito de terminar tu día con una buena palabra de la Palabra de Dios?

(Ps. Rick Warren).

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