La Prueba Viene Antes que la Bendición...
“Los pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé”. Zacarías 13:9 (NTV).
Algunas oraciones se contestan de inmediato, pero otras tardan semanas, meses o incluso años. ¡Probablemente eso lo sepas demasiado bien! Pero hay buenas noticias: mientras oras por la respuesta de Dios, aprenderás algunas cosas que no puedes aprender de ninguna otra manera.
En la espera, hay bendición. Una de las bendiciones es que aprendes más sobre ti mismo cuando no obtienes instantáneamente todo lo que quieres.
Para dos de las oraciones más importantes que he orado, Dios tardó 13 años en responder a una de ellas y 25 años a la otra. ¡Pero respondió! Eran las oraciones más importantes de mi vida en ese momento. ¿Por qué tomó tanto tiempo? Porque mientras yo estaba trabajando en la oración, Dios estaba trabajando en mí.
Cuando estás siendo pasado por fuego, te preguntas: ¿por qué tienes que pasar por él? Es para probarte y purificarte. Cuando oras por algo una y otra vez, te enfrentas a pruebas que revelan más sobre ti.
Dios dice en Zacarías 13:9: “Los pasaré por el fuego y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro” (NTV).
El oro se prueba colocándolo en una cubeta grande y calentándolo hasta que se calienta tanto que se queman todas las impurezas. ¿Cómo saben los orfebres cuándo el oro y la plata son puros? Cuando pueden ver su reflejo en ellos.
Dios puede ver su reflejo en ti cuando todas las impurezas se han quemado de tu vida, después de haber pasado por el fuego. Él dice que, después de haber hecho la prueba y la purificación, “invocarán mi nombre y yo les responderé” Zacarías 13:9b (NTV).
La oración contestada viene después de la prueba. Antes de cada bendición, hay una prueba. Dios te prueba con estrés antes de confiarte el éxito. Estos son los principios de la oración persistente.
Dios te va a probar antes de bendecirte. Y en esa prueba, aprenderás mucho sobre ti mismo. Si dejas de orar, nunca aprenderás las lecciones que te ayudarán a ser más como Jesús.
Sigue orando con persistencia cada día. Y recuerda que después de la prueba, vendrá la bendición.
Reflexiona sobre esto:
Piense en un momento en que Dios te permitió pasar por el fuego antes de responder a tu oración. ¿De qué manera creciste a través de esa experiencia?
¿Por qué es importante para ti ser más como Jesús?
¿Cómo te está probando Dios en este momento? ¿Qué harás hoy para ser persistente en la oración?
(Ps. Rick Warren).
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