Si estás Sobrecargado, necesitas Aprender tus Límites...

 

“He visto que todo en la vida tiene sus límites”. Salmo 119:96a (PDT).

Si estableces límites en tu vida entonces podrás hacer el trabajo que Dios quiere que hagas, tienes que recordar que eres un ser humano. No eres dios. No eres invencible. ¡Tú tienes límites!

Salmo 119:96a “He visto que todo en la vida tiene sus límites” (PDT).

Dios es el autor de tus limitaciones. Él las puso allí para tu bien. Hizo esto porque te ama. Así que, en lugar de luchar contra tus límites, ¡es necesario que los aceptes!

Desafortunadamente, como seres humanos no somos muy hábiles en reconocer nuestros límites. Constantemente sobreestimamos nuestras capacidades y subestimamos los problemas y la cantidad de tiempo que se necesita para hacer algo. Por encima de todo esto, vivimos en una cultura que nos dice constantemente, ¡Puedes hacer todo! ¡Tú puedes tener todo! ¡Puedes ser lo que quieras! Pero no es cierto. Puedes ser todo lo que Dios quiere que seas, pero no puedes ser lo que quieres ser. Hay límites en tu vida.

En primer lugar, tienes límites físicos. No puedes estar seis meses sin comida, sin importar lo mucho que te estés hablando a ti mismo. Hay límites para el pensamiento positivo.

También tienes límites emocionales. Estos son muy difíciles de juzgar en nuestra propia vida. ¿Cuántas personas puedes sostener emocionalmente? ¿Cuántos problemas de otras personas puedes manejar? No tantos como probablemente piensas.

Tienes límites mentales. El problema es que los medios de comunicación están bombardeando constantemente nuestra mente con nueva información a través de la radio, la televisión y el Internet. Como resultado es que la mayoría de los estadounidenses de hoy están mentalmente manipulados. Ellos no pueden resistir más.

Y por supuesto tienes un tiempo limitado. No importa cuántos seminarios empresariales asistas, nunca vas a tener más de 24 horas en un día. Y hay que dormir parte de ese tiempo.

Estás pensando, “Sería muy bueno si Dios me avisara cuando estoy llegando al límite”.

¡Dios te ha dado una luz de advertencia! Se llama dolor. Se llama fatiga. Se llama estrés. Se llama pérdida del gozo. Se llama irritabilidad. Cuando sientas cualquiera de estas cosas, estás llevando exceso de carga. Sobrepasaste algún tipo de límite en tu vida.

El punto de partida para la construcción de límites es darse cuenta de que necesitas límites. No puedes ir llenando tu vida con cosas que no son importantes y no ayudan a lograr tu propósito.

Pide a Dios que te dé la sabiduría para reconocer tus límites y, establecerlos en tu vida, así no vivirás una vida sobrecargada.

Reflexiona sobre esto:

¿Por qué crees que Dios nos dio límites? ¿Por qué Él no quiere que lo hagas todo?
¿Cómo se puede saber lo que debes cortar o dejar de hacer para que tengas un mayor margen en tu vida?
¿Qué límites son los que ya sabes que tienes? ¿Cómo los descubriste?

(Ps. Rick Warren).

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