Escudo de la Fe: Protección que el dinero no puede comprar...
“Tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno”. Efesios 6:16 (NVI).
Como seguidor de Jesús, tienes dardos de fuego que vienen hacia ti todo el tiempo. Entonces, ¿qué tipo de dardos de fuego están llegando a ti? Satanás implanta los siguientes pensamientos en tu mente:Duda. Comienzas a preguntarte, “¿Ese es Dios realmente? ¿Puedo confiar en Dios totalmente? ¿Es solo eso mi interpretación?”
Desaliento. Satanás te dice, “Tú nunca vas a conseguir nada mejor. Tu vida no va a cambiar. Ni siquiera lo intentes”.
Demora. Uno se pregunta, “¿Por qué está tomando tanto tiempo?”. Cuando quieres que suceda algo y no ha sucedido hasta ahora.
Dificultad. Uno se pregunta, “¿Por qué es tan difícil? ¿Por qué es tan difícil hacer que mi matrimonio funcione? ¿Por qué es tan difícil conseguir un trabajo?”.
Depresión. Te dices a ti mismo: “No vale la pena”. Ni siquiera te da ganas de hacer un esfuerzo.
Todos estos dardos vienen a ti constantemente. Ellos crean inseguridad en tu vida. En tiempos de gran incertidumbre —como cuando estás sin trabajo o estás pasando por una transición importante en tu familia— estos dardos de fuego volarán hacia ti más rápido. Es mejor estar preparado para ellos.
Pablo nos da el único antídoto adecuado para estos dardos de fuego: el escudo de la fe. La Biblia dice: “Tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno” Efesios 6:16 (NVI).
¿Cómo puedes lidiar con estos dardos? Ponte el escudo de la fe. Es la única protección que tienes contra la duda, el desaliento, la demora, la dificultad, y la depresión. Confía en Dios, no importa lo que veas, escuches o sientas con respecto al mundo que te rodea. Necesitas la certeza de Dios cuando te enfrentas a la incertidumbre de los dardos de fuego de Satanás.
En resumen, tendrás que poner en duda tus dudas y creer en tus creencias. La mayoría de la gente hace todo lo contrario. Dudan de sus creencias y creen sus dudas. Eso es simplemente tonto. Cree lo que Dios te dice en su Palabra.
Vi una etiqueta hace muchos años que decía: “Dios dijo, yo lo creo, ese lo establece”. Puede ser un sentimiento agradable, pero es mala teología. La verdad es, “Dios lo dijo, y eso lo concluye, el que crea o no, no afecta”. La verdad de Dios no se basa en que tú lo creas o no. Sigue siendo cierto incluso si no lo crees, porque Dios no puede mentir.
Es necesaria esta clase de certeza en días difíciles. Con el escudo de la fe, tienes la certeza de que las promesas de Dios son verdad incluso cuando no parecen ser verdad en tu vida.
Cada vez que empiezas a creer en tus dudas y dudas de la Verdad, le dejas a Satanás una puerta abierta en tu vida, y él va a usar esa puerta para atacarte de muchas formas.
Jamás te puedes despegar el escudo de la fe, sin embargo, Pablo nos dice que debemos usarlo “en todo momento”. Satanás nunca dejará de lanzar sus dardos de fuego hacia ti pero mantén la guardia. Confía en Dios y su Palabra, sin importar lo que está pasando en tu vida.
El escudo de la fe es la mejor protección que el dinero no puede comprar.
Reflexiona sobre esto:
¿Qué dardo de fuego te está causando más incertidumbre —la duda, el desaliento, la demora, la dificultad, o la depresión?
¿Qué sabes de la Palabra de Dios que te pueda ofrecer seguridad cuando Satanás te ataque con esos dardos de fuego?
(Ps. Rick Warren).
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