Las Metas Piadosas comienzan con una Promesa...
“El Señor, Dios del cielo, quien me sacó de la casa de mi padre y de mi tierra natal, prometió solemnemente dar esta tierra a mis descendientes”. Génesis 24:7a (NTV).
La Biblia tiene más de 7.000 promesas de Dios para ti —promesas de éxito, confianza, salud, prosperidad, fortaleza, sabiduría, y más. ¿Por qué Dios hace estas promesas?
Porque Dios desea que aprendas a confiar en Él.
Cuando establezcas una meta, no te enfoques en los problemas; enfócate en la promesa. Busca una promesa en la Palabra de Dios que te llevará a tu meta.
Eso es lo que Abraham hace cuando Eliezer, su sirviente, comienza a preocuparse de si cumplirá la meta que se le ha encomendado. En el versículo de hoy, Abraham le dice a Eliezer, sobre la promesa que recibió de parte de Dios: “El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis familiares, y que bajo juramento me prometió dar esta tierra a mis descendientes, enviará su ángel delante de ti para que puedas traer de allá una mujer para mi hijo” Génesis 24:7 (NVI).
Tú no necesitas un ángel, porque docenas de veces en la Escritura, Dios ha dicho, “Yo estaré contigo no importa a donde vayas”. Dios siempre está contigo, lo sientas o no. Solo necesitas conectarte a Su poder.
El tamaño de tu Dios determina el tamaño de tu meta. Y, las metas que provienen de Dios siempre comienzan con una promesa de Dios. No mires hacia tus limitaciones; mira hacia la promesa de Dios.
Reflexiona sobre esto:
¿Qué promesa obtienes en la Palabra de Dios hoy?
¿Cómo esa promesa te inspira a establecer una meta del tamaño de Dios?
¿Por qué la promesa de que Dios siempre está contigo cambia el tipo de meta que estableces?
(Ps. Rick Warren).
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