Los Beneficios de pertenecer a una Familia de la Iglesia - Parte 2

 

“¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le pertenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado”.  Salmo 100:3 (NTV)

Pertenecer a una familia de la iglesia tiene muchos beneficios. Ayer analizamos dos de esos beneficios: a través de la iglesia, aprendes tu verdadera identidad y recibes el apoyo de otros. Hoy veremos tres beneficios más.

Descubres tu valor único. Todo el mundo es único. En ningún otro lugar de la Tierra hay alguien como tú. Por eso la iglesia te necesita: para completar el cuerpo. Romanos 12:4-5 dice: “Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y cada parte tiene una función específica, el cuerpo de Cristo también. Nosotros somos las diversas partes de un solo cuerpo y nos pertenecemos unos a otros” (NTV). Necesitas a otras personas, y ellas te necesitan a ti.

Recibes protección. El Salmo 100:3 dice: “¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le pertenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado” (NTV). ¿Cuál es el beneficio de ser parte del rebaño de Dios? Te defienden y cuidan de ti. Tienes a otras personas cuidándote. Y puedes disfrutar de la seguridad que proviene de pertenecer a una familia que confía en Jesús, el Buen Pastor.

Estar conectado con la iglesia de Dios, el rebaño de Dios, también te hace sentir más confiado y menos ansioso. Cuando estás luchando en el mundo de los negocios, puedes decir: “No estoy solo”. Cuando tus relaciones son tensas, puedes decir: “No estoy solo”. O cuando enfrentas una crisis de salud, puedes decir: “No estoy solo”. ¿Por qué? Porque perteneces a una familia de la iglesia que te ama.

Te vuelves productivo. La mayoría de las personas quiere que su vida cuente. Quieren marcar la diferencia. ¿Cómo puedes hacer eso mejor? Manteniéndote conectado con una familia de la iglesia. Y esa es la clave: debes mantenerte conectado.

Jesús dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador… Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada” Juan 15:1, 5 (NTV).

El punto es este: nunca serás tan productivo como Dios quiere que seas si no estás conectado a una familia de la iglesia. Tu iglesia te enseña las preguntas correctas que debes hacer y las prioridades correctas que debes establecer. Una rama cortada no puede dar fruto. Pero cuando estás conectado con la vid verdadera, Jesús, la energía vivificante fluye a través de ti hacia los demás.

Nada en el mundo puede darte lo que la iglesia te da. Solo la iglesia puede satisfacer tu necesidad de significado, estabilidad, protección, productividad y ser valorado.

Reflexiona sobre esto:

¿Cómo usa Dios los talentos y dones de otras personas para beneficiar tu vida?
Con todo lo que sucede en nuestro mundo hoy, ¿por qué es importante buscar la protección de una iglesia familiar?
Piensa en alguien que está haciendo una gran diferencia en el mundo a través de tu iglesia. ¿Cómo te alientan sus esfuerzos a hacer lo mismo?

(Ps. Rick Warren).

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