El Porqué de tu Oración es más Importante que lo que Pides...

 

“Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones”. Santiago 4:3 (NVI)

Dios quiere bendecir tu vida y luego verte bendecir la vida de otras personas con los mismos beneficios que Él te da a ti. De hecho, una condición para que la oración sea respondida es la voluntad de usar las bendiciones de Dios para ayudar a los menos afortunados.

Proverbios 21:13 dice: “El que se niega a tenderle la mano al pobre, tampoco recibirá ayuda cuando la necesite” (PDT). Dios está diciendo que, si ignoras a quienes te rodean y que están en evidentes dificultades, no tiene sentido esperar que Él te rescate de tus propias dificultades.

Dios quiere que seas como Él, y Dios es amor. Una de las formas en que demuestras que tienes amor es que estás dispuesto a ser generoso con otras personas. El principio de la mayordomía se repite a lo largo de las Escrituras: Dios nos bendice para que seamos una bendición para otras personas.

Por ejemplo, puedes pedirle a Dios que te conceda buena salud, pero ¿qué vas a hacer con ese cuerpo sano? ¿Estás orando sólo para ayudarte a ti mismo, o estás orando para poder ayudar a otras personas también? Cuando le pides a Dios que bendiga tu negocio o carrera, ¿estás dispuesto a devolver una parte de lo que Dios te ha concedido?

La Biblia dice en Santiago 4:3: “Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones” (NVI). El motivo es importante en la oración. El motivo de nuestra oración es más importante que lo que pides.

¿Es posible orar por lo correcto con el motivo equivocado? Por supuesto. No estoy diciendo que nunca debas orar por tus propias necesidades personales. Jesús dice que oremos: “Danos hoy el pan nuestro de cada día” Mateo 6:11 (LBLA). Pero tienes que examinar tu motivación. ¿Estás dispuesto a compartir tu bendición con otras personas o vas a acapararla toda para ti?

A Dios no le interesa simplemente satisfacer tu egoísmo. Las condiciones de la oración son que tengas una relación honesta con Dios, una actitud de perdón hacia otras personas y la voluntad de compartir las bendiciones de Dios con otras personas. Dios te ama, por eso te está enseñando a orar de manera eficaz.

Reflexiona sobre esto:
  • ¿Cómo has visto a un seguidor de Jesús usar las bendiciones de Dios para bendecir a otras personas? ¿Cómo ha afectado eso tu vida o la vida de otra persona?
  • ¿Cómo te ha bendecido Dios? ¿Cómo puedes compartir esas bendiciones con los demás?
  • Durante tu próximo tiempo a solas con Dios, piensa en el motivo de tu oración. Si Dios te da las cosas que pides, ¿estás dispuesto a compartirlas con los demás?
(Ps. Rick Warren).

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