Sujeción bíblica: Fuerza bajo Control
La palabra "sujeción" puede evocar diversas reacciones en la cultura actual. Sin embargo, la sujeción bíblica no es una sumisión ciega ni una opresión, sino una elección de voluntaria obediencia que refleja la sabiduría y el orden divino. Al mirar el concepto desde una perspectiva bíblica, entendemos que la sujeción es la expresión de un corazón transformado por Dios, que decide seguir Su diseño con humildad y obediencia. Es una fuerza bajo control, un poder que no se impone, sino que se entrega con gozo y respeto a los principios de Dios.
La sujeción bíblica, como se describe en Efesios 5:22-24 y Tito 2:4-5, es un mandato para las mujeres, no como una restricción de su valor o dignidad, sino como un medio para reflejar el orden divino en la vida familiar y en la iglesia. En Efesios 5:22, se nos llama a las esposas a “sujetaros a vuestros maridos, como al Señor”. Este mandato no implica que las mujeres sean inferiores a sus esposos, sino que está relacionado con el orden que Dios ha establecido para la unidad, el amor y el respeto mutuo dentro del matrimonio.
El enfoque del libro Mujer Verdadera 201 de Mary Kassian y Nancy DeMoss Wolgemuth subraya que la sujeción bíblica no es una cuestión de debilidad, sino de fortaleza bajo control. En el contexto del matrimonio, la mujer, al ejercer su sujeción, se convierte en un pilar de sabiduría y de paz, sabiendo que su obediencia no está en vano, sino que honra a Dios y promueve la armonía familiar. Al vivir bajo la dirección de Dios, ella demuestra un corazón dócil, que ha sido moldeado por el Espíritu Santo para vivir en obediencia a Su voluntad.
La sujeción bíblica no es un acto pasivo, sino una actitud activa que refleja una confianza profunda en el plan divino. En la vida diaria, esto implica que las mujeres ejercen su fortaleza interior con sabiduría y gracia, buscando el bienestar de su familia y el cumplimiento de la voluntad de Dios. La sujeción se ve en cómo una mujer interactúa con su esposo, sus hijos y la comunidad, siempre buscando el bien común y el orden de Dios.
Por ejemplo, la sujeción no significa callar ante la injusticia o el abuso, sino reconocer el orden establecido por Dios y actuar de acuerdo a principios sabios y amorosos. Ser una mujer que se sujeta bíblicamente es también ser una mujer que se protege a sí misma y a los suyos, buscando en todo momento la gloria de Dios.
Ilustración: Imagina que un río fluye pacíficamente a través de su cauce. El agua es poderosa, capaz de erosionar rocas y cambiar paisajes, pero su poder se canaliza y controla por las orillas del río. La sujeción bíblica es como el cauce que dirige esa fuerza; no limita su poder, sino que la canaliza hacia un propósito mayor. Así, la sujeción no es una debilidad, sino una fuerza bajo control, que conduce a la bendición, la paz y el orden que Dios ha diseñado.
Llamado a la acción:
Hoy, reflexiona sobre la manera en que vives la sujeción en tu vida cotidiana. ¿La entiendes como una fuerza bajo control o como una imposición? Ora por un corazón dispuesto a vivir conforme al orden divino, confiando en que en la sujeción está la verdadera libertad, la verdadera paz y la verdadera fuerza que provienen de Dios.
(Inspirado en el Libro Mujer Verdadera 201 de Mary Kassian y Nancy DeMoss Wolgemuth).
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