Un Llamamiento Divino a Despertar...
Es una gran misericordia que Dios llame; porque el judío, el gentil y la iglesia de Dios son todos por un igual propensos a volverse insensibles a sus privilegios espirituales. El que tenga oídos para oír, que oiga. Observemos:
I. Lo que implica este llamamiento. «Despierta, despierta.» Evidentemente, esto denota:
1. UN ESTADO DE SUEÑO. Estaban totalmente inconscientes de la cercanía de Dios, y de su buena disposición de ayudarlos en el acto. Dios está a mano, pero los ojos cerrados en el sueño de una holganza egoísta no le ven ni le oyen a Él hasta que tiene lugar el despertar.
2. UN ESTADO DE DEGRADACIÓN. Sion debía «sacudirse el polvo». El polvo de la mundanalidad y del pecado se recoge fácilmente en los vestidos de los que quedan espiritualmente adormecidos.
El carácter que recoge suciedad en la obra de Bunyan es una ilustración de este espíritu mezquino ciego a las mejores riquezas.
3. UN ESTADO DE CAUTIVERIO. «Suelta las ataduras de tu cuello ». Sion es aquí representada como estando auto encadenada. «Suéltate». Las ataduras que impiden a muchos son de factura propia. ¿Qué son algunas de ellas?
El amor de la comodidad y del placer, el temor del hombre y de las mujeres, la soberbia del corazón y el deseo de alabanza. ¡Despierta! ¡Y suéltate! Da el paso a la libertad de los hijos de Dios.
II. A qué era este llamamiento. Era un llamamiento a despertar, a soltarse, y luego a vestirse, para que no apareciera la vergüenza de su desnudez.
1. VÍSTETE DE PODER. Tu poder no está en ti mismo, sino en Aquel que es tu Dios. Vístete así, porque eres un débil niño sin Él.
Pablo se había revestido de fortaleza al decir: «Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece». Vestíos, pues, del Señor Jesucristo, y su fuerza quedará perfectamente apropiada a vuestra debilidad.
2. VÍSTETE TUS ROPAS DE GALA. ¡Despierta! ¡Despierta! y quítate tu vestimenta nocturna, y vístete de aquellos ropajes de gloria y hermosura que en Él se te ofrecen.
Ponte tus hermosos vestidos de santidad y de alabanza, porque el Esposo está cerca, y se avecina el día de la boda. Vístete, que el mundo pueda ver que le perteneces a Él, y que esperas su venida.
Póntelas, no sea que vayas a ser hallado entre los que enmudecerás cuando llegue el Rey (Mt. 22:12).
Si aún no recibiste a Jesús como tu Señor y Salvador personal lee y medita esta Oración de fe: "Señor Jesús, te necesito. Gracias por morir en la cruz para pagar por mis pecados. Te pido perdón por mis pecados y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por darme el regalo de vida eterna. Deseo cambiar y vivir una nueva vida contigo como mi Señor y Salvador. Escribe mi nombre en el libro de la vida y prometo serte fiel y justo . Gracias Jesús. Amén."
Si hiciste esta oración con fe. Felicidades! has recibido a Jesucristo como tu único salvador, recuerda que si lo pediste de corazón Dios hará cambios en tu vida. Dios obra en nuestras vidas Gloria a Él.
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