Dios ¡Ayúdame a esperar y a no darme por Vencido!...


No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. Gálatas 6:9 (NVI).

Cuando pases por las demoras de la vida, no te rindas. No te desanimes. No te des por vencido.

Los israelitas lo hicieron, y eso los mantuvo fuera de la Tierra Prometida. Números 14:2,4 dice: “Sus voces se elevaron en una gran protesta contra Moisés y Aarón: «¡Si tan solo hubiéramos muerto en Egipto o incluso aquí en el desierto! —se quejaban—. Entonces conspiraron entre ellos: «¡Escojamos a un nuevo líder y regresemos a Egipto!»” (NTV). Renunciaron a su sueño. Habían sido rescatados después de 400 años de esclavitud, pero luego querían volver porque no querían esperar.

Como los israelitas, algunas personas prefieren vivir en la esclavitud antes que enfrentarse al temor a la libertad. No están dispuestos a seguir adelante y trabajar en el problema hasta que lo solucionen. Quieren rendirse. Se conforman con la mediocridad en la vida.

No te conformes con menos de lo mejor que Dios tiene para tu vida. Si eso significa pasar por un túnel de conflicto, pasa por ese túnel. En medio del túnel, será oscuro, y tú vas a querer devolverte a la luz. Pero tienes que seguir adelante hasta salir al otro lado, a la luz.

En lugar de desanimarte, se persistente y ora.

Gálatas 6: 9 dice: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (NVI).

Esta es la ley de la cosecha: Siempre hay un retraso entre la siembra y la cosecha. Siembras en una temporada, y cosechas en otra. Dios quiere ver si vas a seguir cultivando, plantando y sembrando. Si Él ve consistencia en tu vida, entonces la cosecha vendrá. No vendrá inmediatamente, porque no prueba nada si lo hace inmediatamente – no hay desarrollo de carácter o fortalecimiento de tu fe.

Jesús dijo en Lucas 18:1: “…siempre deben orar y nunca perder la esperanza” (PDT).

Esas son las dos opciones que tienes en la vida: Orar continuamente, o perder la esperanza. Siempre estarás haciendo una de las dos. Si oras continuamente, no te desanimas. Si no oras continuamente, perderás la esperanza. Te desanimas por los problemas que estás enfrentando en tu vida —ya sea en el trabajo o en la escuela o en tu familia. ¡Tienes que seguir orando!

¿Qué oras durante los tiempos de retraso en tu vida? Ora, “ayúdame a resistir y no darme por vencido”. Dios te escuchará, y Él te ayudará. Tú no estás solo, por lo que no tienes que desanimarte, incluso cuando estás en ese tiempo de espera.

Reflexiona sobre esto:

¿Qué lección has aprendido en tu retraso? ¿Cómo puedes aplicar esa lección en la búsqueda de tu sueño?
¿Qué significa orar continuamente u “orar siempre”? ¿Cómo es eso posible?
¿Cómo Dios te ha mostrado en el pasado que Él es fiel? Recuérdate a ti mismo en esas experiencias cuando empieces a dudar de Su fidelidad en tu demora.

(Ps. Rick Warren).

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