Postulado 14: El hogar es un campo de influencia donde las mujeres reflejan el amor de Cristo
En el Manifiesto Mujer Verdadera, se resalta un principio fundamental: el hogar es un campo de influencia donde las mujeres reflejan el amor de Cristo. Pero, más allá de ser un lugar para el amor y el servicio, el hogar es también el contexto natural para el discipulado.
Como mujeres cristianas, somos llamadas a ser las primeras maestras de nuestros hijos y las principales guías espirituales en nuestro hogar. Esto no solo se trata de enseñar con palabras, sino de modelar con nuestra vida diaria lo que significa seguir a Cristo.
La Biblia establece claramente que el hogar es un lugar donde la fe debe ser transmitida de generación en generación. Deuteronomio 6:6-7 nos dice: "Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón; y las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes". Este mandato es claro: la enseñanza de la Palabra de Dios no se limita a la iglesia o a eventos especiales, sino que debe ser una parte integral de la vida diaria en el hogar.
El postulado 14 del Manifiesto Mujer Verdadera hace eco de esta enseñanza al resaltar que el hogar es un campo de influencia donde las mujeres no solo reflejan el amor de Cristo, sino que también desempeñan un papel crucial en la formación espiritual de sus hijos y de su esposo. El discipulado en el hogar no se trata solo de pasar tiempo juntos leyendo la Biblia, sino también de vivir la fe de manera que los demás vean a Cristo en nuestras actitudes y acciones diarias. Las madres y esposas tienen el privilegio y la responsabilidad de ayudar a sus familias a crecer espiritualmente, guiándolas con sabiduría y amor cristiano.
Preguntas reflexivas:
- ¿Cómo puedes incorporar la enseñanza de la Palabra de Dios de manera natural en la rutina diaria de tu hogar?
- ¿De qué manera puedes ser un ejemplo de fe activa y amorosa para tu esposo e hijos, modelando lo que significa vivir según el diseño de Dios?
Aplicaciones prácticas:
- Crea momentos en el día para leer la Biblia con tu familia, ya sea en la mañana antes de comenzar las actividades, durante la comida o antes de acostarse.
- Aprovecha las situaciones cotidianas para enseñar principios bíblicos. Por ejemplo, al enfrentar dificultades o decisiones familiares, guíalos a reflexionar sobre lo que la Biblia enseña acerca de cómo manejar esas situaciones.
Conclusión:
Discipular a nuestra familia comienza en casa. No necesitamos ser perfectas, pero sí debemos ser intencionales. Si bien la iglesia y otros ministerios son fundamentales, el lugar donde la fe se cultiva y se transmite con más efectividad es en el hogar.
Como mujeres cristianas, tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser los instrumentos de Dios para discipular a nuestros hijos, ayudar a nuestros esposos en su caminar con Cristo y crear un hogar que sea un reflejo del amor de Dios. Que cada acción, cada conversación, y cada oración en tu hogar sea una semilla plantada en el corazón de tu familia, que crezca y dé frutos para la gloria de Dios.
(Inspirado en El Manifiesto Mujer Verdadera de Mary Kassian y Nancy DeMoss Wolgemuth).
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