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Mostrando las entradas de abril, 2021

Que nadie nos mueva...

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Si Que nadie nos mueva es mensaje orientado a permanecer en Cristo. El capítulo 2 de primera carta de Juan indican la importancia de ir desarrollando una fe inamovible que nos oriente a una madurez espiritual. 1 Juan 2:18-29  La palabra “permanecer” es una de las favoritas del apóstol Juan. En su evangelio la usa 34 veces, y en sus cartas 19 veces. Solo en este capítulo aparece 11 veces. En el griego la palabra se conoce como “méno” y tiene un significado muy particular. Por un lado se refiere al hecho de habitar en la casa de los dueños, permanecer como huésped en casa de alguien, también significa mantener una comunión ininterrumpida con alguien. Otro significado es tener un amigo que permanece y está allí para ayudarte en tiempos de necesidad. El asunto es que la vida pareciera estar determinada por la palabra “permanecer”. En el aspecto positivo se nos ordena a permanecer en nuestras metas, planes y objetivos que nos trazamos. El éxito está determinado, en la mayoría de los casos,

El examen final...

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Nada producía más estrés que los exámenes de los cursos que nos promovían a un nuevo grado de estudio. Lo que yo recuerdo de mi tiempo eran las avanzadas horas de las noches que consumía para llegar preparado a presentar el llamado examen final. Tuve problemas con algunos cursos, y en mi tiempo eso significaba que tenía que ir a “reparación de materia” como el último chance para poder pasar. En la vida nos enfrentamos a otros “exámenes finales” que demandan nuestra atención y hasta preocupación dependiendo su naturaleza. La mayoría de ellos son temporales, y con frecuencia somos sometidos a fuertes presiones y preocupaciones, pero el ser humano se va a enfrentar al examen final de su vida, el último que determinará dónde pasará su eternidad. Mateo 25:31-46 Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras. Pondrá

El que puede abrir el Libro...

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En tiempos de miedo y de temor como el que vivimos en estos momentos Apocalipsis 5 nos brinda seguridad. Este pasaje del Nuevo Testamento reconoce que Dios tiene el poder, dominio y autoridad sobre todo lo creado. Además Él tiene en su mano el libro con el contenido de sus juicios venidero y Jesucristo es el único con sus credenciales como el Cordero Inmolado, que pudo abrir el libro, sellos y mirarlo. Apocalipsis 5:1-14 Sin duda que este es uno de los capítulos más grande del Apocalipsis y de toda la Biblia. A Juan se le concedió el honor de ver esta escena y contarla para su tiempo y para nosotros. Desde el capítulo uno Juan sabe que el Cristo terrenal, aquel que vio por primera vez en las playas de Galilea y le tomó como su discípulo, ahora está en otra dimensión. Juan vio las cicatrices de sus heridas cuando resucitó, así que él supo que Aquel era el Cordero inmolado. Pero también nos habla del que está sentado en el trono, por lo tanto, la visión cobraba un espacio de dominio un

La Revelación...

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   “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2.10). Un agnóstico, estando parado al lado de la sepultura de su hermano, pronunciaba una oración fúnebre. Entonces alguien le hizo la pregunta: “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” El hombre respondió: “La esperanza dice: ‘Sí’; la razón dice: ‘Tal vez’”. No podía decir más, pues la mente más inteligente tiene sus limitaciones. Al rechazar la revelación de Dios su conocimiento se limitaba a causa de su mente finita. Pero cualquier cristiano puede decir con certeza: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios” (Job 19.25–26). “Porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles” (1 Corintios 15.52). “Y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4.17). ¿Por qué esta diferencia? La respuesta se halla en una palabra: “revelación”.