Si quieres ser bondadoso, abre tus ojos...
“No se preocupen por su propio bien, sino por el bien de los demás”. 1 Corintios 10:24 (NTV).
La bondad comienza siempre con los ojos – en la manera como observas el mundo y eres sensible a las necesidades de otras personas.
En Lucas 10:33b, dice del buen samaritano: “Pasó por allí un extranjero, de la región de Samaria, y al ver a aquel hombre tirado en el suelo, le tuvo compasión” (TLA). Nota que “él vio”. Ese es el punto de partida. Si quieres aprender a ser una persona bondadosa, tienes que cambiar la forma en que miras al mundo. Tienes que ser más atento a las necesidades que te rodean.
La prisa mata la bondad. Si vas a aprender a ser una persona más bondadosa, ¡tienes que disminuir la velocidad! Cuando estás siempre distraído con otras cosas, no tienes tiempo para ser bondadoso.
Si vas de viaje por el país, hay varias maneras que podrías ir de un lado al otro. Un avión te llevaría lo más rápido posible, pero no verías mucho. Podrías tomar un tren o incluso un carro y ambos te darían la oportunidad de ver aún más. Pero si realmente quisieras participar tanto como fuera posible, caminarías.
Esto es porque cuanto más lento vayas, más puedes ver.
La Biblia dice: “No se preocupen por su propio bien, sino por el bien de los demás” 1 Corintios 10:24b (NTV). El primer paso hacia la bondad es pedirle a Dios que te dé un radar espiritual para estar atento a las personas a tu alrededor que estén sufriendo emocional, espiritual y físicamente.
Quizás naciste con este regalo. Sientes automáticamente cuando las personas alrededor tuyo están en necesidad. No es que seas más espiritual que el resto de nosotros. Sólo estás sintiendo de esa manera. Si eso no te describe, entonces eres como yo, me distraigo fácilmente. Es fácil enfocarse en tareas. Es fácil no ser sensible a lo que está sucediendo a tu alrededor.
Pero si te importa, serás consciente. Gálatas 6:8 dice: “Quienes siembran únicamente para complacerse a sí mismos sólo cosecharán de ello la destrucción. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la vida eterna” (PDT). No siempre es fácil ver las necesidades de otras personas, especialmente cuando están al otro lado del camino. Pero ese es el punto de partida de la bondad.
Reflexiona sobre esto:
¿De que maneras puedes disminuir el ritmo de tu vida intencionalmente, de modo que puedas ver más fácilmente las necesidades de las personas a tu alrededor?
¿Qué personas ves cada día que a veces son muy difíciles de notar? Cuando mantienes los ojos abiertos, ¿qué nuevas oportunidades ves para ayudar a una de esas personas?
¿Cómo ignoras a Dios ignorando las necesidades de otros? (Gálatas 6:8).
(Ps. Rick Warren).
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