¿Qué Hacer cuando estás Estancado?
¿Alguna vez te has quedado estancado? ¿Alguna vez has llegado a un lugar en la vida que parecía un callejón sin salida ... como si ya no tuvieras más opciones?
Yo he estado así muchas veces y estoy segura de que la mayoría de la gente también. Pero estoy muy agradecida de que a lo largo de los años Dios me haya enseñado que: incluso si nos estancamos, ¡no hay situación demasiado difícil de manejar para Él!
Comencemos mirando la historia de José en el libro de Génesis (ver Génesis 37-50). La Biblia dice que él era el favorito de los 12 hijos de su padre, y sus hermanos estaban muy celosos de él por eso. Un día, José compartió con sus hermanos un sueño que tuvo. En su sueño, todos se inclinaban ante él. No hace falta decir que eso no salió bien. Como resultado, los hermanos se reunieron para decidir cómo deshacerse de José. Primero, lo arrojaron a un pozo, lo dejaron allí para que muriera. Pero luego decidieron venderlo como esclavo a una banda de comerciantes ismaelitas ambulantes. Luego idearon un plan para convencer a su padre de la muerte de José.
Como sabrás, esta historia termina triunfalmente. José se convierte en el segundo al mando del Faraón, finalmente se reúne con su familia y todo es perdonado. Lo que le sucedió a José es una prueba de que no importa por lo que pases en la vida, siempre hay esperanza. Puedes cumplir el propósito de Dios para ti, porque ¡todas las cosas son posibles para Dios!
Pero la parte de la historia de José en la que realmente debemos enfocarnos es en lo que sucedió entre el pozo y el palacio.
La vida de José dio varios giros durante ese tiempo. Pero el único atributo de su carácter que lo llevó a este final victorioso fue la perseverancia. Debido a la fe de José en Dios, ¡nunca se dio por vencido!
RENUNCIAR NO ES UNA OPCIÓN:
En nuestras propias vidas, podemos caer en un pozo de vez en cuando. Podría ser un pozo de enfermedad, necesidad financiera, problemas de relación, u otros problemas. Siempre que eso suceda, debes estar decidido a que, sea cual sea la situación, ¡no te darás por vencido! Recuerda siempre, para tener un buen testimonio de lo que Dios ha hecho, primero debemos pasar las pruebas.
Jesús incluso nos dijo: Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo (Juan 16:33).
Es inevitable que pases por cosas difíciles. A veces, incluso puedes tener ganas de darte por vencido. Pero si puedes mantenerte firme y confiar en Dios a pesar de todo, Él puede restaurarte. Puede tomar todo lo malo y hacer que obre para tu bien (ver Romanos 8:28).
Se dice que Winston Churchill dio el siguiente discurso a los graduados de la escuela de Harrow en 1941: “¡Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca se den por vencidos! En nada, ni grande o pequeño, enorme o menor ¡nunca se den por vencidos!” No sé si eso es realmente lo único que él dijo, pero sí creo que el Espíritu Santo nos está diciendo a muchos de nosotros esto hoy: “¡No te des por vencido, porque Dios tiene muchas cosas guardadas para tu vida!”
Es muy fácil querer darse por vencido cuando las cosas se ponen difíciles. A veces, las personas se quedan estancadas donde están y no saben cómo salir, por lo que piensan que darse por vencidos sería más fácil. Ellos a lo mejor sienten que no son lo suficientemente inteligentes o talentosos; tal vez les pasó algo traumático; o ellos pueden haber fallado en algo o haber cometido errores terribles en el pasado.
Pero el Espíritu Santo nos da la fuerza y la capacidad para seguir adelante, continuar y avanzar hacia nuestra victoria, incluso si las cosas no salen como las planeamos. El fracaso no significa que no haya más opciones. Tú puedes aprender de los errores del pasado.
¡He descubierto que la historia es una buena maestra! Cuando todo lo demás falle, inténtalo de nuevo. Como nunca, aprenderás qué funciona y qué no, y comenzarás a partir de ahí.
Puedes convertir tu obstáculo en una oportunidad para volverte más sabio y maduro espiritualmente. Dios quiere que vivamos una buena vida, sin embargo, la confianza y la perseverancia son imprescindibles. El Espíritu Santo nos guiará paso a paso en la fe hacia los buenos planes que Dios tiene para cada uno de nosotros. Nuestra parte es dar esos pasos ... ¡y nunca darnos por vencidos!
¿QUÉ HACER CUANDO ESTÁS LASTIMADO?:
Tu perspectiva mientras estás en tu “pozo” también puede marcar una gran diferencia. Recuerda, es un momento de prueba... un momento en el que se está desarrollando tu carácter. Este período es lo que a veces yo le llamo: los “años silenciosos” porque es un momento en el cual puedes sentir que no está sucediendo mucho en tu vida.
O puedes estar pasando por mucho dolor y conmoción, y te sientes como si Dios no estuviera haciendo nada al respecto. Pero es de vital importancia que confíes en Él durante este tiempo, porque Él está obrando en tu corazón para hacerte más como Cristo.
Entonces, ¿qué debes hacer cuando estás estancado en tu pozo?
• ¡No te des por vencido! Lucha contra la tentación de pensar que no hay manera de salir de tu situación. Jesús es el Camino. Este es tu momento de acercarte y seguirlo.
• Evita culpar a Dios o pensar que te está castigando por algún pecado. Simplemente Él está usando la situación para obrar en tu vida. Y aunque puede que no siempre se sienta bien, Su propósito siempre será para tu bien.
• Haz lo correcto, incluso cuando estés sufriendo, cuando no te sientas bien o cuando otros te traten mal. Haz algo bueno para la mayor cantidad de personas que puedas con la mayor frecuencia posible.
• No te apartes, no te enojes, o te aísles de los demás. Recuerda, puedes dar lastima o ser poderoso, ¡pero no puedes ser ambas cosas! Muchas veces, Dios puede usar a otros para animarte en este momento.
• Mantén tu palabra y honra tus compromisos. Este es un momento de formación de carácter y te está preparando para que tomes tu lugar en el “palacio.”
• No dejes de creer ... ¡no pierdas la esperanza de que Dios puede mejorar tu situación!
!SACÚDETE!
Es posible que hayas escuchado la historia de un burro que se cayó en un pozo. Al ver lo sucedido, su dueño lo pensó un rato, luego decidió que el pozo era demasiado profundo y el burro demasiado viejo, por lo que decidió enterrarlo en el pozo.
Llamó a algunos amigos y vecinos para que le ayudaran y empezaron a echar tierra en el hoyo. Al principio, el burro gritó, obviamente aterrorizado por su situación. Más tarde, sin embargo, su dueño notó que se había quedado callado y pensó que probablemente ya había muerto. Pero el burro no había muerto. Cuando el dueño miró hacia abajo en el hoyo, vio que cada vez que la tierra caía sobre su lomo, el burro se la sacudía y la pisaba, apretándola debajo de sus pezuñas. ¡Esto continuó durante horas hasta que, finalmente, el burro había comprimido la tierra lo suficiente como para levantarse y salir de ese pozo!
Podemos aprender algo de ese burro. La vida nos echará tierra de vez en cuando. Puede ser en las relaciones, nuestras finanzas, o la salud. Pero este es un momento para aprender a seguir la dirección del Espíritu Santo.
Él te mostrará cómo sacudirte la suciedad y dar un paso adelante, dándote destellos de Su gloria en cada paso que des desde tu pozo hasta tu palacio. Siempre habrá obstáculos que superar.
Siempre habrá “problemas” que superar. Pero también habrá segundas oportunidades y nuevos comienzos. Nunca es demasiado tarde, ¡no te des por vencido!
Cuando hagas tu parte y haz lo que puedas, mientras te aferres a la esperanza, avances y te niegues a renunciar a Dios, Él será fiel en hacer lo que tú no puedas.
Entonces, si estás estancado y no sabes qué hacer, no pierdas la esperanza, porque estás en la posición perfecta para comenzar de nuevo.
(Joyce Meyer de su Libro Esperanza para los Tiempos Difíciles).
Si aún no recibiste a Jesús como tu Señor y Salvador personal lee y medita esta Oración de fe: "Señor Jesús, te necesito. Gracias por morir en la cruz para pagar por mis pecados. Te pido perdón por mis pecados y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por darme el regalo de vida eterna. Deseo cambiar y vivir una nueva vida contigo como mi Señor y Salvador. Escribe mi nombre en el libro de la vida y prometo serte fiel y justo . Gracias Jesús. Amén."
Si hiciste esta oración con fe. Felicidades! has recibido a Jesucristo como tu único salvador, recuerda que si lo pediste de corazón Dios hará cambios en tu vida. Dios obra en nuestras vidas Gloria a Él.
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