Con la Mente de Cristo, Nunca te Sentirás Solo...

 

“No estoy solo, porque el Padre está conmigo”. Juan 16:32 (NTV).

Tener la mente de Cristo significa ser siempre consciente de que Dios está contigo.

Vemos esto en la vida de Jesús. Jesús vivió en la presencia de Dios y permaneció conectado con el favor de Dios. No importa lo ocupado que estuviera, se mantuvo en sintonía con el Padre. Jesús dijo: “No estoy solo, porque el Padre está conmigo” Juan 16:32 (NTV).

Es por eso por lo que el mayor antídoto contra la soledad es pensar como Jesús. Cuando tengas la mente de Cristo, podrás decir como Él: “No estoy solo, porque sé que el Padre siempre está conmigo”. Cuando nos sentimos solos, a menudo es el resultado de no vivir con la mente de Cristo, no somos conscientes del cuidado constante de Dios.

¿Cómo se puede estar siempre al tanto del cuidado constante de Dios? Una manera es a través de la oración. Jesús hizo de la oración un hábito diario: “Jesús muchas veces se alejaba al desierto para orar” Lucas 5:16 (NTV).

Fíjate que este versículo dice que Jesús muchas veces se alejó para poder orar. No puedes hacer eso de vez en cuando si quieres tener la mente de Cristo. La vida de oración de Jesús era continua. Hizo que la prioridad de su vida fuera estar con su Padre. Era un hábito.

¿Te detienes y oras durante el día? ¿Crees que tu día iría mejor si desarrollaras este hábito? Si Jesús sintió la necesidad de alejarse y orar durante su día, ¡entonces piensa en cuánto más lo necesitamos nosotros!

Cuando no te tomas el tiempo para hablar con Dios, te pierdes los dones de Dios. No es la voluntad de Dios que estés demasiado ocupado para Él. De hecho, harás más cosas en cada área de tu vida, si te tomas el tiempo para detenerte y orar.

Eso no parece que deba funcionar. Si te detienes a orar, ¿cómo vas a hacer más? Vas a lograr más, porque te vas a concentrar. Podrás concentrar tu mente y tu corazón en lo que más importa, porque estás tomando el tiempo para dejar que el Espíritu de Dios te recuerde a través de la oración cuál es tu propósito.

Jesucristo sabía quién era y cuál era su propósito. Siempre fue consciente de la presencia de Dios. Cuando tengas la mente de Cristo, también tendrás esas cosas y siempre estarás consciente de que Dios está contigo.

Reflexiona sobre esto:

Puede requerir algo de planificación sacar tiempo para la oración durante el día. ¿Cómo puedes adaptar tu horario para que tengas un margen? ¿Cómo puedes cambiar tu mentalidad para que seas más flexible y disponible para la oración?
¿Quién puede ayudarte a rendir cuentas en tus hábitos de oración mientras trabajas para desarrollar la mente de Cristo?
¿La oración tiene que ser programada o durar mucho tiempo? ¿Por qué o por qué no?

(Ps. Rick Warren).

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