¿Te estás diciendo la Verdad?
“Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu”. Romanos 8:5 (NTV).
¿Te has sentido como si fueras rehén de tus pensamientos? Tal vez no has podido sacar un pensamiento de tu mente. O a menudo te encuentras haciendo cosas que no quieres hacer. Conscientemente te atas a un comportamiento contraproducente. Sabes que algo no es bueno para ti, pero lo haces de todos modos.
Romanos 7:23 dice, “pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí” (NTV).
Debido a tu naturaleza pecaminosa, piensas en ti mismo y en tus deseos, por encima de los deseos de Dios. Es una batalla en tu mente, y la estás perdiendo. Tu vieja naturaleza —quien eras antes de que Jesús cambiara tu vida— no es tu amiga. Es el origen de todos tus hábitos contraproducentes que tienden a derribarte.
¿Quieres romper esos hábitos y tener más control sobre la forma en la que piensas?
Entonces necesitas escuchar y entender esta verdad: No tienes que creer todo lo que piensas.
Tu mente te miente todo el tiempo. Solamente porque piensas que algo es verdad no lo hace verdad. Solamente porque sientes que algo es cierto no lo hace cierto. Tu mente y tus emociones a menudo te mienten. Parte del crecimiento espiritual —ser más como Jesús— es aprender a conocer la diferencia entre los pensamientos que son verdad y aquellos que no lo son.
Una de las disciplinas más importantes en las que puedes basar tu vida es retar tus propios pensamientos. Habla contigo mismo: “Sé lo que estoy pensando, pero ¿eso es realmente verdad?”.
No importa que tan lejos llegues en tu andar espiritual, tu edad, la naturaleza pecaminosa continuará intentando tomar el control de tus pensamientos. Tienes que aprender a cuestionar tus pensamientos, no solo una vez, ¡sino durante tu día y a través de tu vida!
Cuando comienzas a pensar que a nadie le agradas, pregúntate si eso es realmente verdad. Si crees que nunca vas a mejorar, pregúntate si eso es verdad. Cuando pienses que tu vida es inútil, pregúntate de qué te está tratando de convencer satanás. Entonces, recuerda lo que sabes a través de la Palabra de Dios, lo que es verdadero.
“Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu” Romanos 8:5 (NTV).
Reflexiona sobre esto:
¿Qué pensamientos habituales puedes dejar de creer cuando los sujetas a la luz de la Palabra de Dios?
¿Cuáles son las cosas que complacen al Espíritu Santo (Romanos 8:5)?
¿Qué impide que rindas tus pensamientos al Espíritu Santo?
(Ps. Rick Warren).
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