Hay Poder en la Palabra del Señor...

TEXTO: MATEO 8:1-4 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. 2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. 4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

Verdaderamente si leemos detenidamente todo el capítulo 8 del evangelio de Mateo nos daremos cuenta que tiene un tema muy importante en todas las historias que nos narra: EL PODER DE LA PALABRA DEL SEÑOR.En la historia que nos narra cuando el Señor sano a un leproso vemos que él dijo: QUIERO SÉ LIMPIO (Vs 3) Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.En la historia que nos cuenta la sanidad del siervo del centurión vemos que ese hombre declara algo maravilloso: SOLAMENTE DI LA PALABRA Y MI CRIADO SANARÁ (Vs 7-8) Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Después vemos que en la casa de Pedro el Señor CON SU PALABRA ECHÓ FUER MUCHOS DEMONIOS Y SANÓ MUCHOS ENFERMOS (Vs 16) Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;Luego vemos que Jesús en la barca que estaba siendo azotada por la tormenta CON SU PALABRA CALMÓ LA TEMPESTAD (Vs 26) Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.Y por último se nos muestra cómo el Señor CON SU PALABRA MANDÓ A UNA LEGIÓN DE DEMONIOS QUE SE FUERAN A UN HATO DE CERDOS (Vs 31-32) Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. 32 Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.

Es por eso que con toda seguridad podemos decir que verdaderamente HAY PODER EN LA PALABRA DEL SEÑOR.

NOSOTROS COMO CRISTIANOS ¿QUÉ TENEMOS QUE HACER CON LA PALABRA DEL SEÑOR?

I) TENEMOS QUE CREERLA Y GUARDARLA EN NUESTRO CORAZÓN PARA TENER PAZ (Isaías 26:3) Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Verdaderamente podemos ser guardados en completa paz aun en este mundo lleno de aflicciones, de problemas y de situaciones críticas que todos enfrentamos dia a dia, y ¿cómo podemos ser guardados en completa paz? por medio de la palabra de Dios, por sus promesas para nuestra vida.

Es por eso la importancia que tiene la lectura diaria de la palabra del Señor, pues ahí podemos encontrar cada promesa y cada palabra de poder disponible de parte de Dios para nuestra vida.

En cada situación que enfrentamos en nuestra vida podemos traer a nuestra mente lo que Dios ha dicho, lo que nuestro Padre Celestial ha prometido y eso nos llena de paz y confianza.

II) TENEMOS QUE DECLARARLA CON PODER Y AUTORIDAD PARA ENFRENTAR LAS DIFERENTES PRUEBAS Y DIFICULTADES DE LA VIDA (1 PEDRO 4:11) Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

La palabra DECLARAR significa: Dejar algo en claro públicamente, revelar y dar a conocer algo.

En este tiempo podemos darnos cuenta como muchos cristianos, pastores, ministros, apóstoles, etc usan la famosa frase: YO DECRETO, YO DECLARO, pero tenemos que saber que lo que nos da poder o autoridad ante las diferentes batallas de la vida no son mis palabras, no es lo que yo diga o decrete, sino lo que DIOS HA DICHO, LO QUE DIOS HA PROMETIDO, pues en él está el poder y en su palabra está la autoridad.

Tenemos que hablar la palabra de Dios, declarar lo que él ha dicho, dejar claro públicamente que a pesar de lo que podamos estar viviendo nosotros CONFIAMOS EN LO QUE DIOS HA PROMETIDO PARA NOSOTROS.

Pero por sobre todo, lo que le da verdadera autoridad a nuestra vida es VIVIR LA PALABRA, LLEVARLA A LA ACCIÓN (Santiago 1:22) Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

(Ps. Oscar Flores).

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