Dios quiere que bajes la Velocidad...
“Que nuestra voluntad se rinda ante él [Dios] para que podamos andar por sus caminos y cumplamos sus mandamientos, estatutos y decretos, los cuales dio a nuestros primeros padres”. 1 Reyes 8:58 (RVC)
En estos días, hemos visto tiempos en que Dios quiere que te muevas rápidamente y tiempos en los que debes tomar la vida lentamente. Pensemos en dos momentos más en los que Dios quiere que bajes la velocidad.
- Primero, muévete lentamente cuando estés tomando una decisión importante. El libro de Proverbios dice mucho sobre esto. Proverbios 21:29 dice: “El malvado es inflexible en sus decisiones; el justo examina su propia conducta” (NVI).
Y Proverbios 4:26 dice: “Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos” (RVR1960). ¿Qué significa examinar? Significa pensar, meditar o considerar cuidadosamente. No puedes examinar rápidamente.
¿Cuándo necesitas examinar tu camino? Cuando estés tomando grandes decisiones, tal vez se trate de un cambio de carrera, cambio de ministerio, matrimonio o una inversión financiera importante.
El lugar número uno donde ocurren las decisiones irreflexivas es en nuestros gastos. Es por eso que tanta gente está endeudada. ¿La solución? “Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza” Proverbios 21:5 (NTV).
- Otro momento en que debes moverte lentamente es cuando esperas que una semilla que has plantado, crezca. La Biblia habla mucho sobre sembrar y cosechar. Cuando plantas una semilla, recoges una cosecha.
Esto sucede en cada área de tu vida. Si siembras amabilidad, cosechas amabilidad. Si siembras chismes, cosechas chismes. Si siembras generosidad, cosechas generosidad. Cualquier cosa que siembres, eso cosecharás.
Pero siempre hay un retardo entre la siembra y la cosecha. Tú no pones una semilla en el suelo y al día siguiente tienes un manzano.
Y recuerda que según las leyes de siembra y cosecha, obtienes más de lo que siembras. Cuando siembras un grano de maíz, no cosechas solo un grano. Cosechas un tallo de maíz con varias mazorcas de maíz, cada una cubierta de granos. Una semilla se multiplica y obtienes más de lo que plantaste.
Tal vez sientas que has pasado mucho tiempo esperando la cosecha. Aquí hay una promesa para ti: “Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá” Habacuc 2:3 (NVI).
Mientras comienzas el año nuevo, sabes que puedes confiar en el tiempo de Dios. Algunas veces Dios quiere que vayas rápido y otras veces dice que vayas lento, pero Su velocidad siempre es la correcta.
Salomón fue uno de los grandes reyes en la Biblia. Comencemos el año orando la misma oración que él hizo: “Que nuestra voluntad se rinda ante él [Dios] para que podamos andar por sus caminos y cumplamos sus mandamientos, estatutos y decretos, los cuales dio a nuestros primeros padres” 1 Reyes 8:58 (RVC).
Reflexiona sobre esto:
¿Qué decisión importante estás enfrentando este año que necesitas retrasar?
¿Qué tipo de cosecha cosechaste durante el año pasado en tu vida?
En este nuevo año, ¿qué nuevos tipos de semillas quieres plantar?
¿Dónde necesitas confiar en el tiempo de Dios este año? ¿En qué áreas Él quiere que disminuyas la velocidad? o ¿Acelerar?
(Ps. Rick Warren).
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