Cumplir la Misión de Dios necesita un paso de Fe.


“Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia”. Jonás 1:2 (NVI).

Cuando Dios le dio a Jonás su misión, requirió un gran paso de fe. De hecho, el paso era tan grande que Jonás inicialmente huyó de Él.

En ese tiempo, Nínive era la ciudad más grande e importante en el mundo. Era la capital de Asiria, el impero más fuerte en ese entonces. Nínive fue también una hermosa ciudad con amplios bulevares, parques, canales, gran arquitectura, palacios y templos. Pero también era una ciudad cruel y malvada. Los asirios destruyeron todo en su camino y trataron a todos los demás con prejuicios raciales.

Para Jonás predicarles, tendría que dar un paso de fe. ¿Por qué? Primero, Jonás había crecido en una pequeña ciudad. Aun así Dios lo llamaba para alcanzar la ciudad más grande del mundo. Además, estaba a más de 850 kilómetros de distancia. No sería fácil llegar ahí.

Y lo más importante, los asirios habían capturado, dominado y esclavizado a los judíos varias veces. Los asirios odiaban a los israelitas, y los israelitas odiaban a los asirios. Eran enemigos mortales. Ellos eran enemigos políticos. Ellos eran enemigos religiosos. Ellos eran enemigos raciales.

Pero Dios también quería salvar a esas personas, así que Él envió a Jonás en una misión hacia ellos. Sin embargo, en vez de obedecer, Jonás huyó del plan de Dios. Él no daría el paso de fe necesario para comenzar su misión, y mucho menos completarla.

Al igual que la misión de Jonás, la misión que Dios te da, probará tu fe. Puede desafiar tu zona de confort. Puede desafiar tus prejuicios. Puede desafiar tu política.

Pero no puedes cumplir la misión de Dios para tu vida sin fe. “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” Hebreos 11:6 (NVI).

Lo que eventualmente Jonás aprendió es que Dios estará con nosotros en cada paso a lo largo de nuestra misión, guiando y proveyéndonos. Jesús prometió esto cuando nos dio la gran comisión.

“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” Mateo 28:19-20 (NVI).

Reflexiona sobre esto:

¿Cuál es la parte más atemorizante de seguir la misión de Dios para tu vida? ¿Por qué?
¿Cuáles son algunas cosas específicas que puedes hacer para recordar la presencia de Dios mientras das los pasos de fe?
¿Cómo puedes hacer que otros oren por ti para que tomes tu siguiente paso de fe?

(Ps. Rick Warren).

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