Puedes Hablar Con Dios, Sobre Todo...
“Si fuera al oriente donde nace el sol, allí estarías; o al occidente, al fin de los mares, allí estarías. Aun allí me tomarías de la mano y me conducirías; tú fuerte mano derecha me ayudaría”. Salmo 139:9-10 (PDT).
Jamás estarás solo porque Dios está en cada dimensión al mismo tiempo.
Dios está en el pasado, está en el presente y está en el futuro. Él está en el cielo y está en la tierra. Él está en el mundo espiritual. Él está en nuestro mundo. Él está en ti, sobre ti, a tu alrededor —porque Él es multidimensional.
No hay muchos dioses para cubrir cada dimensión. Solo hay un Dios en la persona del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Porque Él es multidimensional, nunca estás solo.
“¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha! Y, si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!” Salmo 139:7-12 (NVI).
No intentes jugar a las escondidas con Dios. Cada lugar en el que intentes esconderte, Él ya está ahí. Es la omnipresencia de Dios. ¡Él está en todos lados! Él está en todas las cosas. Él es el principio y el final. No hay lugar donde hayas estado, ningún lugar en el que estés y ningún lugar en el que vas a estar que Dios no estuvo o no esté o no estará. Eso debería animarte. No importa donde elijas ir, Dios caminará contigo, y Él estará listo para estar ahí esperándote.
Debido a que Dios está en cada dimensión del mundo —y aún en cada dimensión que no conocemos— puedes hablar con Él sobre cualquier dimensión de tu vida. ¡Él ya lo entiende! No hay nada que le puedas traer de tu pasado, presente o futuro que no esté bajo su completo control.
Tus oraciones nunca sorprenderán a Dios. ¡Le puedes traer todo a Él!
Reflexiona sobre esto:
¿Qué oración pensaste que sorprendería a Dios?
¿Qué dimensión de tu vida estás indeciso de hablar con Dios?
¿Por qué algunas veces rechazas hablar con Dios sobre las cosas que sabes qué Él ya sabe?
(Ps. Rick Warren).
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