La Promesa de Dios a los Generosos y Humildes...

 

¡Alabado sea el Señor! ¡Qué felices son los que temen al Señor y se deleitan en obedecer sus mandatos! …Comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados; sus buenas acciones serán recordadas para siempre. Ellos tendrán influencia y recibirán honor”. Salmo 112:1, 9 (NTV)

¿Qué promete Dios a los que hacen todo en la vida con humildad y generosidad? Dios promete que serán recordados.

La Biblia dice: “¡Alabado sea el Señor! ¡Qué felices son los que temen al Señor y se deleitan en obedecer sus mandatos! …Comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados; sus buenas acciones serán recordadas para siempre. Ellos tendrán influencia y recibirán honor” Salmo 112:1, 9 (NTV).

Nehemías vivió una vida de generosidad y humildad, y fue respetado por eso.

Nehemías 5 registra el testimonio personal de humildad de Nehemías: “Desde el año veinte del reinado de Artajerjes, cuando fui designado gobernador de la tierra de Judá, hasta el año treinta y dos, es decir, durante doce años, ni mis hermanos ni yo utilizamos el impuesto que me correspondía como gobernador. En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta monedas de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso” Nehemías 5:14-15 (NVI).

Nota que Nehemías rechazó un sentido de derecho como gobernador. Aunque tenía derecho a ciertos privilegios, optó por no exigirlos. Rechazó todas las ventajas de su cargo que esperaban los gobernadores anteriores. Nehemías actuó con humildad y antepuso las necesidades del pueblo a las suyas propias.

Nehemías 5 también ofrece el testimonio personal de generosidad de Nehemías: “Tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla y no compramos ningún terreno. A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos. Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada” Nehemías 5:16-18 (NVI).

Nehemías no solo era humilde; era hospitalario y tenía un espíritu generoso. Él pagó personalmente los muchos costos de su posición de liderazgo. Incluso alimentó a todo su equipo regularmente, pagándolo todo él mismo.

Por supuesto, ser generoso no significa necesariamente que tengas que alimentar regularmente a 150 personas. Pero Nehemías hizo lo que pudo con lo que Dios le había dado para aliviar las cargas de los demás.

Si quieres ser respetado, comienza con humildad y generosidad. Niégate a tener un sentido de derecho y no seas exigente. En Cristo, puedes optar por renunciar a tus propios derechos para poder servirle mientras defiendes los derechos de los demás.

Reflexiona sobre esto:

¿Qué tienen en común la humildad y la generosidad?
¿Qué exigen los lideres de hoy a las personas? ¿Qué líderes son amables y generosos? ¿Ves resultados diferentes de sus estilos de liderazgo?
¿En qué áreas luchas por establecer tus derechos para anteponer las necesidades de los demás a las tuyas propias? ¿Qué sientes que Dios te está diciendo que hagas al respecto?

Oración:

“Padre que mi vida sea un reflejo de tu generosidad, que siempre busque ser respetado a través de la humildad, el servicio y generosidad hacia los demás. Que mi corazón siempre esté dispuesto para ayudar a los necesitados. Amén”.

(Ps. Rick Warren).

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