De Rodillas somos más Altos y más Fuertes...
Usted y yo podemos experimentar el poder de Dios en nuestra vida cotidiana si estamos dispuestos a inclinarnos ante Él y buscarlo sinceramente, reconociendo que de rodillas somos más altos y más fuertes. La oración es poderosa. La oración nos permite echar nuestras cargas sobre el Señor (Sal 55.22) y recibir orientación y ayuda de Él. Sin embargo, con demasiada frecuencia no apreciamos este privilegio en todo lo que vale y en lugar de recurrir al Padre en oración, intentamos resolver nuestros problemas por cuenta propia. Usted y yo podemos experimentar el poder de Dios en nuestra vida cotidiana si estamos dispuestos a inclinarnos ante Él y buscarlo sinceramente, reconociendo que de rodillas somos más altos y más fuertes. Pero, ¿tenemos que arrodillarnos cada ocasión que oramos? No. Físicamente hay muchos que no pueden hacerlo, por lo que la actitud de nuestro corazón debe ser de temor reverente y sumisión al Dios omnipotente. Si nuestro concepto de la oración es correcto, podremos con