No aguantes el dolor; cuéntaselo a Dios
“Levántense durante la noche y clamen. Desahoguen el corazón como agua delante del Señor. Levanten a él sus manos en oración”. Lamentaciones 2:19 (NTV). ¿Crees que has tenido un mal día? Job lo entendería; prácticamente tenía un doctorado en dolor y pérdida. En el primer capítulo de Job, todo en su vida se vino abajo. ¿Su respuesta? “Job se levantó y rasgó su vestido en señal de dolor; después se rasuró la cabeza y se postró en el suelo para adorar” Job 1:20 (NTV). Nota que Job expresó abiertamente su dolor a Dios. Cuando experimentas dolor, ¿le dices a Dios exactamente cómo te sientes? Debería ser lo primero que hagas. Esto puede sorprenderte, pero Dios puede manejar tu enojo y frustración. Él puede manejar tus emociones. ¿Por qué? Porque Él te los dio. Fuiste hecho a su imagen, y Él es un Dios emocional. Cuando tu hijo de 2 años tiene una rabieta y empieza a patalear, puedes manejarlo. De la misma manera, Dios es más grande que tus emociones y está bien decirle exactamente cómo te